La cara oculta de la política española

La política española sufre una situación de inestabilidad provocada por los continuos escándalos de financiación ilegal
Desde hace más de dos años se está asistiendo a una continua oleada de noticias sobre corrupción que pone en jaque la credibilidad y la confianza en la política española. El último escándalo que implica al Partido Popular de la Comunidad Valenciana, la 'Operación Taula', ha sacado a la luz numerosas ramificaciones de una <
Cuando una formación política como el Partido Popular, se encuentra implicada en múltiples escándalos de financiación irregular, con muchos de sus cargos tratados en calidad de 'investigados', la solución más conveniente será aquella que lleve al poder judicial a actuar de forma contundente. No habrá otra manera de garantizar la Democracia y la aplicación de las leyes correspondientes. La gestión de un país debería llevarse a cabo desde la honestidad, la transparencia y la claridad, para la garantía incuestionable de políticas limpias, financiaciones y sueldos legales, suprimiendo toda forma de humillación a los ciudadanos que esperan ser representados por políticos sin manos largas, y con una verdadera vocación para el servicio social. Las insultantes e innombrables cantidades de dinero público arrebatado por aquellos que priman la avaricia antes que la humildad, son una clara evidencia de la actualidad política más putrefacta.
El saco se ha roto, y las continuas implicaciones dejan al trasluz una sucesión de actividades corruptas llevadas a cabo desde años atrás, que comienzan a tomar la forma y el cuerpo de una organización con todas sus letras. Lo que antes se concebía como numerosos casos 'aislados' que no implicaban al partido político en cuestión, ahora está tomando un cariz oscuro y severamente negativo que puede afectar a una institución en su conjunto. Cuando se juega desde el poder al lucro por el lucro, al código del silencio bucanero, al dinero por el dinero y a la concesión de privilegios por privilegios, se está jugando a menospreciar y a ningunear la confianza de todos los ciudadanos.