MARÍA MUÑIZ MARCELO
Castilla y León prohíbe la matanza del Toro de la Vega

La Junta lanza un decreto por el cual se podrá celebrar el festejo pero no matar en público al animal
La Junta lanza un decreto por el cual se podrá celebrar el festejo pero no matar en público al animal
La festividad del Toro de la Vega desaparecerá, al menos de la forma en la que se ha llevado a cabo hasta el momento, ya que la Junta de Castilla y León ha prohibido, mediante un decreto-ley, la muerte del animal en el festejo, de tal forma que podrá celebrarse pero sin que se mate al toro públicamente.
Dicha medida afecta a todas las fiestas en las que se utilicen reses de lidia para el entretenimiento de los ciudadanos. Por ello serán considerados como tal el encierro-urbano, de campo y mixto; vaquillas (capea o probadilla) y concursos de cortes.
Esta norma, que se hará vigente este sábado a través de su publicación en el Boletín Oficial de Castilla y León, excluye el hecho de que la Policía o la Guardia Civil puedan matar al animal cuando se salga del recorrido o se escape del encierro, es decir, como una cuestión para garantizar la seguridad ciudadana.
Para poner en marcha esta medida, el Consejo de Gobierno ha tenido que modificar el Reglamento de Espectáculos Taurinos, que incluía una excepción a la prohibición general de matar en público animales que participan en espectáculos taurinos tradicionales o populares.
Con la entrada en vigor de esta norma, será el Ayuntamiento de Tordesillas quien decidirá como acaba el torneo del Toro de la Vega, el cual se celebraba en esta localidad el segundo martes de septiembre. Pero su alcalde, José Antonio González Poncela (PSOE), ha recurrido esta medida, ya que, según ha afirmado, el decreto viola el espíritu de la ley de regulación de la Tauromaquia, a lo que habría que sumarle la profunda indignación del pueblo.
Por otro lado, esto es considerado por el Partido Animalista, Pacma, como una “victoria a medias”, ya que aunque se ha conseguido prohibir la muerte del toro, aún debe continuar la lucha, que dura ya once años, para la desaparición total de este espectáculo.
Una cosa es clara, esta ley pretende proteger la tradición adecuándola a la sensibilidad, la ética y la cultura del siglo XXI, así como velar por el mantenimiento y la protección de esta raza bovina y de los propios festejos, según ha afirmado la Junta de Castilla y León.