La República de Turquía

Una democracia secular en proceso de destrucción por su presidente Recep Tayypip Erdogan
Turquía cuenta con una superficie de 779 452 km2 y aproximadamente 80 millones de personas. Hoy en día, el territorio de Turquía representa un cuarto del Imperio Otomano de 1910.
Tras el colapso del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, se formó la República de Turquía, pero no como una continuación del antiguo régimen, sino como una negación de lo anterior.
El antiguo régimen se basó en un marco político-imperial multiétnico. Sin embargo, el país que "nació" en 1923 se centró en un modelo basado en la secularización del Estado y un proyecto de homogeneización interna.
La inspiración para este proyecto que reemplazaría a los valores que el Reino Antiguo llevaba venían de los valores europeos.
Un proyecto de Estado-Nación europeo tendría que romper con las tradiciones del antiguo régimen, sean las tradiciones políticas, las religiosas o las culturales. Incluso la capital se estableció en Ankara, pues durante el antiguo régimen era en Estambul, para estar lejos de la herencia del Imperio Otomano.
Comenzaba así el proceso de occidentalización de la República de Turquía.
El responsable de este proceso fue Mustafa Kemal Atatürk (Atatürk cuya traducción literal es “el padre de los turcos”) que era un admirador del Iluminismo y se inspiró en la Revolución Francesa para construir un nuevo estado. Es considerado como el fundador de la Turquía y fue el primer presidente del país, gobernando durante 15 años hasta su muerte (1923-1938).
Hasta el día de hoy, sus reformas son consideradas los pilares del Estado moderno turco y son llamadas “kemalismo”.
Tras su muerte le sucedió en el cargo Ismet Inönü.
En la segunda guerra mundial Turquía permanece neutral. Sin embargo, hacia el final de dicha guerra, Turquía declara la guerra a Alemania y a Japón sin llegar a entrar en combate
Las conflictivas relaciones con la Unión Soviética después de la Segunda Guerra Mundial y su posición geográfica definieron la postura de Turquía durante la Guerra Fría. De ahí resultó su alianza y relación con los EE.UU.
Desde hace mucho tiempo Turquía es un ejemplo para sus vecinos de Oriente Medio. Una democracia secular con la libertad religiosa y con una economía emergente. Y una diplomacia que fue capaz de estar cerca de Palestina e Israel al mismo tiempo y no tener conflictos por eso.
Sin embargo, en la actualidad, Turquía está en peligro de dejar todo atrás debido al hecho de que el presidente Erdogan está enamorado del poder.
La libertad de expresión, la economía emergente, el amigo de la diplomacia está por ser reducido a cenizas. Turquía, o mejor dicho, su presidente, censura las redes sociales, envía a la cárcel a periodistas opositores, y entra en conflictos con sus vecinos.
Por desgracia, resulta ser esta Turquía ya apartada de los valores occidentales con la cual la Unión Europea ha firmado el tratado sobre inmigración.