R. Melgar

Egipto-Alemania: un ejemplo de multiculturalidad y tolerancia

Elghobashy (izquierda) y Walkenhorst (derecha) compitiendo en el partido Egipto-Alemania (Fuente- Reuters)
Elghobashy (izquierda) y Walkenhorst (derecha) compitiendo en el partido Egipto-Alemania (Fuente- Reuters)

Los medios de comunicación utilizan las Olimpiadas para contraponer y enfrentar a Occidente y al islam

Egipto-Alemania: un ejemplo de multiculturalidad y tolerancia

El partido de vóley playa disputado entre Egipto y Alemania el pasado 7 de agosto ha sido noticia y ha generado polémicas de todo tipo durante las últimas semanas. La causa de todo este revuelo es muy simple: la diferencia entre la vestimenta de las egipcias y las alemanas. Mientras que las jugadoras germanas vestían bikinis deportivos, el atuendo de las norteafricanas consistía en llevar los brazos y las piernas tapados, así como hiyab, utilizado por una de las jugadoras egipcias. Eso es todo.

Por increíble que parezca, la ropa de las deportistas ha cobrado más importancia en los últimos días que el propio partido. La mayoría de los medios de comunicación (hay excepciones notables) han decidido que era apropiado utilizar los Juegos Olímpicos como pretexto para contraponer Occidente y el islam. La oportunidad de contribuir al enfrentamiento entre ambos era demasiado jugosa como para dejarla pasar. Incluso algunos van más allá y sacan sus propias conclusiones: las alemanas ganan porque llevan bikinis y las egipcias no porque van tapadas y una lleva hiyab.

Al contraponerlo acaban con la verdadera naturaleza de las Olimpiadas: practicar deporte y promoverlo, disfrutar de este independientemente de la procedencia, sexo, etnia o creencias de los jugadores. De hecho, la respuesta de los medios ante el partido Egipto-Alemania contradice algunos de los valores sobre los cuales se constituye y se edifica el verdadero espíritu deportivo: superación y esfuerzo. Superación y esfuerzo es lo que demuestran las jugadoras egipcias cuando, sabiendo la controversia que va a generar su atuendo, deciden vestirse así porque son fieles a sí mismas y quieren cumplir su sueño representando a su país en los Juegos. Tolerancia y respeto es lo que demostró en el año 2012 la Federación Internacional de Voleibol mediante la modificación de los estándares de la vestimenta de las participantes femeninas, permitiendo que cualquier mujer pueda formar parte del juego sin estar condicionada por la ropa que elige llevar. Intolerancia y oportunismo es lo que demuestran actitudes como la mencionada por parte de los medios, que solo buscan darte bombo y platillo a un tema cuya tergiversación se cobra vidas en todo el mundo, incluyendo en aquellos países a los que se identifica como «culpables».

El deporte es universal y no debería entender de cualquier otro aspecto ajeno a él, como política o economía, las verdaderas causas por las que se estandarizó en los años 90 la indumentaria femenina utilizada en los Juegos Olímpicos. De esta forma, muchos países no podían participar en las competiciones. Naciones que en la práctica estaban enfrentadas o se habían visto involucradas en conflictos con países que siempre se clasificaban o que normalmente ocupaban los primeros puestos.

Mientras que para algunos las imágenes que ha dejado este partido constituyen la representación más gráfica de la oposición entre dos culturas, para otros supone un ejemplo de diversidad cultural que nos permite entender que las únicas fronteras que separan al ser humano son las que imponemos nosotros mismos.