El BREXIT

Reino Unido ha sacudido Europa. Y el mundo. Sería una herejía decir que fue Reino Unido quien votó por el Brexit el pasado jueves. Porque Londres votó quedarse y Cambridge, así como Oxford. Irlanda del Norte y Escocia votaron por no salir y, en consecuencia, barajan la posibilidad de hacer otro referéndum para salir del Reino Unido, pues Escocia cree que, con el Brexit, el Reino Unido no los representa.
Tres años después de la promesa electoral de David Cameron, la población ha votado salir de la Unión Europea.
¿Quién ha votado salir? Los mayores de 50 años y la gente que vive en el interior de la isla. ¿Por qué? Porque no suelen convivir con extranjeros y naturalmente tienen miedo a lo distinto. Por otra parte, la población más joven y que vive en el centro está acostumbrada a los inmigrantes.
Sin embargo, los datos dicen que la contribución del inmigrante a la economía es positiva, es decir, ingresan más dinero al sistema en comparación al gasto que suponen para el mismo.
Esto no ha sido la victoria del liberalismo, como muchos están diciendo y escribiendo, sino que ha sido su derrota. Ha sido la victoria del miedo y del populismo. Esta enfermedad que era una particularidad de la izquierda, pero ahora también sirve a la extrema derecha. Solo hay que mirar a los EE.UU con su anomalía política Donald Trump.
Partidos de extrema derecha en países como Francia y Países Bajos se aprovecharon de la situación para subir el tono de sus voces y pedir un referéndum en sus países, igual que en Reino Unido.
¿Es el principio del fin del proyecto europeo?, se preguntarán la mayoría de las personas. A lo mejor es muy temprano para saberlo, todavía el resultado del referéndum ejercerá un profundo cambio en la UE y el proyecto está en juego.
Otro juego del que seremos espectadores será entre Alemania x Inglaterra, Reichstag x Westminster. Alemania no quiere concesiones para Reino Unido, pues creen que estarán estimulando a otros países a hacer lo mismo, dicho de otra manera, no desean que el euroescepticismo crezca y perjudique el proyecto.
Mientras se juega el partido, se seguirá aplicando todo exactamente igual que hasta ahora (el Brexit no será inmediato. Para iniciar el procedimiento de salida – artículo 50 del Tratado de la Unión Europea –, el Estado miembro debe notificar al Consejo Europeo su intención de salir de la Unión y David Cameron ha dicho que no será él quien lidiará esta cuestión) y no habrá efectos hasta que se produzca la salida definitiva del Reino Unido. Con esto quiero decir que no habrá diferencias entre ciudadanos de un lado y otro de las islas.
Muchas previsiones, poca certidumbre, eso es el futuro de la Unión Europea.