ELENA O'GRADY RUEDA

Cómo invertir lo que te sobra de sueldo en la bolsa

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200 euros al mes te abren la puerta a invertir en Nueva York 

Cómo invertir lo que te sobra de sueldo en la bolsa

Cuando pensamos en inversiones en Bolsa a la mayoría nos viene a la cabeza un sinfín de estadísticas y operaciones complejas destinadas a cabezas matemáticas y personas a las que le sobra el cash. Sin embargo, hay conceptos fáciles de entender y que nos ayudarán a conocer cómo funcionan los mercados y cómo podemos aprovecharnos de ellos.

Dicen que el dinero está ahí y sólo hay que saber cómo cogerlo. Por eso, os voy a explicar desde mi propia experiencia cómo moverlo para hacerte con un colchón económico decente que te permita pasar de la oferta de 1 euro del McDonalds a un asador un par de veces al mes.

Lo primero que debemos tener claro antes de adentrarnos en finanzas, son unos conceptos básicos de economía familiar:

¿Qué cantidad de sueldo tengo disponible para invertir?

¿Qué riesgo puedo asumir sin comprometer mi sustento por completo?

¿En qué plazo necesito recuperar la inversión efectuada?

Y, finalmente, ponernos un umbral de pérdidas admisible para nuestra precaria economía doméstica.

Estas preguntas, claves para llevar un control eficiente sobre nuestros ingresos, no son siempre fáciles de cuantificar, pero supongamos que lo conseguimos y que logramos ahorrar un 20%  de nuestro sueldo mensual. Es entonces cuando pasamos a la siguiente pregunta:

¿Qué hago con los 200 euros que he atesorado?

Ahí me adentré en el mundo de las inversiones. Dentro de éstas podemos encontrar Fondos, Acciones, Opciones y otros vehículos de inversión, pero ninguna de ellas me presentaban opciones que me convencieran con la cantidad que estaba dispuesta a poner. De la misma manera, 200 euros no era una cifra que interesara ni a grandes brokers, ni entidades ni banca de inversión.

Tras documentarme, vi claro que mi única y mejor opción para poder aumentar mis ingresos, era la Bolsa de valores.

No fue hasta que viajé a Nueva York cuando empecé a oír hablar de lo relativamente sencillo que era invertir en la Bolsa neoyorkina (NYSE). Esta Bolsa concretamente es la que mueve al resto del mundo y, por lo tanto, la más importante. En ella cotizan las empresas más influyentes y competitivas a nivel mundial, por lo que su oferta y posibilidades son inmensas.

De regreso a España y tras mirar mi lamentable cartera, comprobé que, por el momento, no podría comprar acciones de las grandes compañías, puesto que había muchas que una sola quintuplicaba mi presupuesto total. No obstante, existen las llamadas Penny Stocks, que aunque suelen ser compañías con bastante riesgo, me permitieron comprar acciones a menos de un dólar la unidad y sentir la sensación de poseer muchas acciones de alguna compañía por pequeña que ésta fuera.

Dentro de las Penny Stocks me fijé exclusivamente en las denominadas C.OTCQX, que son Penny apadrinadas por grandes compañías, lo que hace que su porcentaje de éxito sea más elevado al estar soportadas por inversores solventes.

Me sorprendió la facilidad con la que puedes adentrarte en el mundo de la Bolsa sin tener ingentes nociones de economía. Para invertir en N.York no hace falta saber inglés, tener una cuenta estadounidense ni pagar impuestos por tus ganancias si eres extranjero.

Eso sí, no es posible meter tu dinero sin intermediarios, por lo que en primer lugar, hay que buscar un broker o entidad autorizada para hacerlo. En internet hay muchos engaños, desconfía si te ofrecen una rentabilidad altísima por muy poco dinero. Aquí, como en la vida, nadie regala nada. Sin embargo, existen brokers muy serios y solventes con los que se puede operar sin miedo (En buscadores como Yahoo finance o Msn finance se encuentran).

Una vez seleccioné a mi broker, rellené su cuestionario e hice una cuenta espejo en España de mi cuenta de valores en Nueva York (Todo ello me lo tramitó mi banco). De esta manera, evitaba cualquier tipo de blanqueo de dinero y podía tener controlados mis movimientos.

A continuación, adquirí acciones de empresas que conocía y tenían buenas previsiones y aproveché que algunas de ellas estaban en un punto de mínimos para comprarlas.

Así fue como empecé mi camino hacia la auto-gestión, quieres encontrar el tuyo?