M. BELINCHÓN

¿ Controlan tu vida lobbies opacos?

Los defensores de la regulación del lobbying sostienen que la transparencia de 

La palabra “lobby” significa “vestíbulo” ya que es en este espacio del histórico Parlamento Británico  donde a  los diputados los grupos de interés les intentaban convencer para que  tomasen determinadas  decisiones una vez que entrasen en la cámara.

 

La definición general de lobby reconocida por la organización Transparencia Internacional en la actualidad  es “cualquier comunicación directa o indirecta con agentes públicos, decisores públicos o representantes políticos con la finalidad de influenciar la toma de decisión pública, desarrollada por o en nombre de un grupo organizado”. Dependiendo de los objetivos del grupo encontramos tres categorías: económica, profesional y de interés público o advocacy.

 

Aunque la palabra “lobby” suele tener connotaciones negativas, la labor de influir en la política desde fuera no tiene por qué ser negativa ni ilegal.

 

 

En la Unión Europea se decidió su regulación y registro en 2008 y hoy podemos conocer qué entidades españolas están inscritas para hacer lobbying en Bruselas,  algunas de ellas son: Télefónica, Cepsa, Inditex y Mercadona.

 

En España, si bien es cierto que existen normas que regulan la participación de grupos de interés organizados como pueden ser los sindicatos, la patronal y los colegios de profesionales, no encontramos un marco normativo que regule la actividad de cientos de lobistas profesionales.  No hay un registro, como tampoco existe obligación de informar de sus actividades ni ningún tipo de control.

 

La ausencia de reglas que reconozcan el debate público con los grupos de interés durante el proceso legislativo y ejecutivo no impide sin embargo, que en la práctica se realicen reuniones con estos grupos, lo que supone una desigualdad de acceso y trato con los representantes políticos.

 

Los defensores de la regulación del lobbying sostienen que la transparencia de su actividad podría acabar con esta desigualdad y con la percepción de conductas corruptas y opacas. Algo que parece necesario en tiempos de profunda desafección política e institucional.

 

Las principales asociaciones de lobbying esperan que en la próxima legislatura sea algo por desarrollar en la Ley de transparencia y en el reglamento de las cámaras.  Ya que casi todos los programas electorales en las últimas elecciones generales contemplaban la regulación de lobbies.

 

¿Cumplirán los principales partidos políticos con esta promesa? ¿Crees que esto puede favorecer la calidad democrática de nuestro país?